Sierra del Oro GE
Hoy
teníamos una etapa comanche entre manos, otra más, parecida a la de la
semana pasada y contábamos con parecidos mimbres aunque intercambiando
algunos cromos. Bueno, pensándolo bien, había faltas con respecto a la
semana pasada pues nuestros compañeros los 'trastornaos' hoy han tomado
un camino distinto y se han dejado llevar por el tiempo playero que
daban las previsiones y han ido a ver el estado de la mar. Nosotros
hoy, de interior, por tierras de Mordor. Empezamos...
Lo
primero que hago al salir del portón de mi casa a las 7:55 y notar el sol
radiante que ya calienta es dar la vuelta, quitarme los manguitos y
meterlos en el buzón de la correspondencia, hala, ahí se quedan, -No me
hacen falta-, además, me eché abundante crema protectora de Sol en los brazos.
Hoy
en Carrefour Infante lo que más llama la atención
es... la basura que inunda todo. Los marrrranos no viven todos en El
Pozo, hay por aquí también y se dedican a ir a los conciertos y a tirar
desperdicios por donde pasan. Todavía nos queda mucho por recorrer...
Cumplidos
los minutos de cortesía salimos dirección Alcantarilla, entre nosotros
navega 'nuestro' Frank Gómez, ciclista, corredor, entrenador y escritor, entre otros
empleos. Nos acompañará hasta Barqueros, punto en el que decide no
adentrarse en las tierras altas de los orcos. Otro ilustre que ha
aparecido precisamente en Barqueros, donde Frankie se va, es José María, el
Profesor, que se ampara en el refrán de 'Dios ayuda a quien madruga' y se
adelanta a las cuestas, a las blancas y a las otras que hay desde que
sales de Alcantarilla hasta que llegas a Barqueros.
En
la Hero hemos recogido hoy al Primo al que echábamos de menos ya varias
semanas. Su asistencia dice ha sido por gracia de su suegra, -para que
luego digan-, apostados en el cruce también estaban Mari Carmen, Juan y
Paco Manzanera, al que hoy le tocaba por aquí. Se echa de menos al resto
de la patrulla 'águila' de Espinardo, Patricio y Paco que 'na más' que
viven ya por y para el Coto.
De
Murcia, la grupeta viene equipada con la dotación habitual de los
últimos tiempos: Zape, Buytrago, Coppi, Belmonte, Lilo y Mari Cruz,
Felipe (y no Esmeralda que hoy no le toca por aquí) Rafa Rosagro, Isaac y
Espartaco, al que cito el último pero para destacarlo especialmente. Al
que ponemos falta hoy es a José deSanJosé, que me pide kms y desnivel y
luego,..... -¡luego no vienes zamarro!
Desde
el principio se sabe que va a hacer calor pero cuando se pone de
manifiesto de verdad es en la jodida (perdón) Cuesta Blanca que hace una
daño por las mañanicas, buff, hoy ha sido Felipe, que está muy fuerte
últimamente, el que ha sacado los petardos, y no los de peseta sino de
los de duro, los gordos, y aquello ha saltado en mil pedazos, luego
recomponer el destrozo ha costado tiempo pero hoy había voluntad de
grupo y gracias a la colaboración de todos los compañeros hemos llevado
las cosas bien hasta el final.
En
el cruce de Barqueros hacía las tierras altas se paró el subgrupo
delantero a esperar a los rezagados, entre los que estaba yo que hoy
tenía vocación de pastor, comodín a utilizar cuando uno siente falta de fuerzas. El
caso es que en el cruce nos despedimos de Frank y recibimos a José Mari,
intercambio de cromos. Y nos adentramos en zona comanche de pleno. -Que no nos pase nah
Existen
dos posibles opciones de gestión de grupo que funcionan, la primera
dice que si apretamos y rompemos el pelotón, -cosa que está pasando-,
luego
hay que esperar para reagrupar, es importante remarcar que con sólo 30
segundos basta
para ello porque ni los fuertes son Van der Poel y Pogacar ni los más
flojos son inválidos, ojo. La segunda de las opciones es no apretar
tanto y llevar el grupo unido sabiendo que los de delante es posible que
vayan un punto por debajo de su nivel y los de atrás vayan al punto,
como las carnes jeje. Al final entre una y otra fórmula hemos conseguido
mantener al grupo bastante compacto, esa es la verdad, que es lo
único aceptable por estos parajes de tierras comanches en los que si te
quedas
cortado por aquí te comen los orcos, seguro.
A
Ángel, que nos lo hemos encontrado con el profesor en Barqueros, lo
dejamos porque tiene unos recados que hacer en Pliego y nosotros nos
encaminamos hacía los Baños de Mula por una carretera botosa, como dice
Perico Delgado.
A
partir de los Baños la carretera secundaria que te lleva hasta Yéchar
es muy atractiva, con esas cuestas que serpentean por montañas
aterronadas, los conocidos badlands para trepar hasta la meseta
superior. Comentamos con Zape que ya nos lo conocemos todo, es difícil
sorprendernos ya con algún recorrido pero bueno, no por conocido es
menos feo tampoco, van tirando las zagalas con la energía y la fuerza
que mueve el mundo, impresionante el nivel que han cogido las dos, Mari
Cruz y Mari Carmen y porque hoy no viene Esmeralda, la que completa el
tridente de Neptuno.
Llegamos
a Yéchar y alguien empieza a echar carbón a la caldera, la subida
a Fuente Caputa adquiere una temperatura importante -¿A dónde vamos con tanta prisa? Le
pregunto a Coppi. - Eso digo yo, ni idea. Me contesta. El asunto es
que, en que me veo de seguir la estela del grupo, que además, en estos
momentos es bastante numeroso.
Tanta
velocidad no puede ser buena, y cuando llegan unos repechos de más
entidad, empiezan a aparecer paracaidistas a los que hay que esquivar
-yee yee yee Y el grupo se va seleccionando, de momento aguanto allí e
incluso diría que voy más cómodo que al principio, cosas de este deporte
y de las cabezas.
Hoy
Lilo tenía ganas de liarla por donde pasaba y aquí empieza a apretar
las tuercas al personal, Juan va silbando, este no cuenta, Philippe con
garbo va resuelto, Rafa también acompaña con garantías, por detrás van
resoplando Zape, Buytrago y Belmonte, tíos listos que saben lo que
quieren por otra parte. Paco Manzanera no resopla pero tampoco parece
que vaya demasiado pimpante, ya veremos. De pronto Felipe lanza un
zarpazo, al que -no le responde nadie- jajajaja, -ya volverá pensamos
los que estamos allí, Lilo mantiene la presión del turbo constante y
Juan... va silbando. Atrapamos a Felipe 'al poco' y volvemos a hacer
grupo, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis,... no queda más aquí. De
pronto llega un repechón y Lilo sube un punto, ufff, abro paracaídas, no
puedo, si acepto el envite, duro cuatro metros, así que.... se van
Lilo, Juan, también y consiguen acoplarse Felipe y Rafa, no más. Han
quedado cuatro cuatreros en cabeza.
Pues
nada, ya está, a llegar arriba como pueda. Al poco llega Paco por
detrás y me enchufo con él, durante algunos metros mantenemos la
distancia con el grupo delantero e incluso parece que nos acercamos pero
Paco parece que me pide relevo y... yo no estoy por ello, bastante....
¡muerto en vida chaval!
Bueno,
pues ya hemos llegado al Alto de Fuente Caputa y van apareciendo los de
la comitiva de festejos uno a uno, con su música, enseña y estandarte.
Espectáculo del bueno: moribundos, muertos y zombies sobre todo.
A
partir de aquí vienen los llanos del Cagitán, de gran belleza plástica
pero de asfalto bastante rugoso, al menos el tráfico es muy reducido
porque la carretera es muy estrecha y dificulta el adelantamiento de los
vehículos al pelotón. El día está radiante y los paisajes son de
postal. Vamos camino de Cieza y tras algunos toboganes al principio y un
terreno peleón después llega la bajada hasta la capital de los chitos,
bajada con cierto peligro pues hay pinos a ambos lados de la carretera
cuyas raíces levantan el asfalto haciéndolo especialmente donde más
sombras hay y por tanto donde menos se ven, así que hay que andarse con
ojo y agarrar el manillar bien.
Justo
al llegar al puente que cruza el río Segura recibo llamada telefónica
que cojo sin mirar quién es, tengo a mi madre en el hospital y me alarmo
aunque enseguida me informa Coppi que es él y que Alfonso 'el Primo' ha
tenido un pinchazo. Pues nada, os esperamos aquí mismo.
En
la parada hay uno que está especialmente inquieto, Ginés 'Espartaco',
tanto que al final se nos va al avituallamiento, -conozco un chiringuito
aquí a la izquierda... -hala, pues venga, luego te recogemos. El resto
del grupo estuvimos esperando junto al río hasta que llegó el Primo,
-menos mal,
he tenido una explosión dice. -Ya, ya te hemos visto en Fuente Caputa
-No, esa explosión no,bueno, también, jeje, pero esta vez ha sido la
rueda.
Pues
ya que estamos todos nos vamos, todavía tenemos tela que cortar. Rafa
insta a la sedición del grupo cuando dice: - Vámonos a Murcia
directamente, sin pasar por el Santuario. -¿Sin pasar por sitio santo?
Hereje, al purgatorio vas sino es al infierno directamente!
Así
que abandonamos Cieza y nos acercamos al pueblo vecino, Abarán, donde la
gente será encantadora, seguro que sí, pero el pueblo es feo como él
solo. No sé cómo han podido hacerlo tan feo, menos mal que tiene el río
que lo salva un poco.
Por
el camino vamos buscando el chiringuito de Ginés pero no damos con él.
Pues nada, que se arregle como pueda, igual está ya borrrracho en la
barra y no quiere saber nada de bici-hip-cletas. En Abarán me pregunta
Juan por la subida al Santuario, -como si le inquietara-, -dos
kilómetros 'maomeno' pero lo duro solo al final, le comento.
Aquí
me caí el año pasado, en la curva de las cabras, mal recuerdo me dejó y
una mano que se ha quedado algo tonta desde entonces. Empezamos a subir
y hace un calor insoportable, insoportable como el ritmo que han puesto
los de delante, Lilo, Felipe, Paco y Juan, que va silbando. Por detrás
se vive mucho mejor, -garantizado-, de tertulia y disfrutando más tiempo
y mejor de la subida que yendo a fuego. Mi grupeto amigo está formado
por Zape, Buytrago, Belmonte, Rafica y Mari Cruz. Poco a poco se va
endureciendo la subida terminando con dos rampones de campeonato. Arriba
unas fotos rápidas y nos vamos que se van a hacer las tantas para
llegar a Murcia.
Junto
al río, en Abarán, hacemos reagrupamiento y avituallamiento en un super
donde cargamos agua y alguna Coca Cola y cerveza. Con reservas hídricas
suficientes para lo que queda nos vamos y ya con ritmo sostenido y
apretando de vez en cuando para templar las piernas en los diversos
cuestarrones que hay por el Valle de Ricote nos plantamos en Molina con
un calor de canícula, por encima de los 35º, que hace que los cuerpos no
acostumbrados todavía se resientan.
Tras
la escapada de la daltónica Mari Carmen en el semáforo enfrente del
viejo restaurante El Niño de Molina, iniciamos el Paso del Cabezo Cortao
con paso tranquilo y sin apretones, impropio de nuestro grupo
históricamente pero apropiado para la torraera que nos estaba cayendo
encima a esa hora.
Quiero
agradecer mucho el breve mensaje que me ha enviado Paco Manzanera
después de la ruta en el que felicitaba al grupo por exprimirnos y
agruparnos cuando correspondía. -Así es, así da gusto.
Otro día más hemos cumplido el recorrido. La semana que viene más (seguro) y mejor (por ver).
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