Gran Fondo Sierra de Albacete
Ya
tenía buenas referencias del año pasado de compañeros del club que
hicieron la primera edición de esta 'Sierra de Albacete'. Una marcha
nueva pero con sabor a la histórica Catlike a la que yo nunca fui pero de la
que muchos me han hablado. No sé lo bien o mal que fue aquella pero lo
que sí sé es que esta organización lo ha bordado, creo que no se
puede pedir más en ningún sentido. La buena reputación ganada el año
pasado se ha refrendado y con la nueva fecha ha mejorado en inscripciones y
nivel. Hablando de esto decir que el nivel medio del
participante se notaba que era medio alto, aquí no han venido apenas
aventureros en busca de emociones, saben que este territorio es comanche
(y navajo) y que aquí, tonterías, las justas.

La
intendencia ha salido de maravilla, el Viernes por la tarde salimos con
la Vito en la que echamos las bicis tal cual (así da gusto) y en dos
horas estábamos ya plantados en Riopar. El apartamento en el kilómetro
cero prácticamente, además de bien situado es cómodo y bien
equipado. Recogemos la bolsa del corredor y nos acercamos al briefing
donde atendemos a una interesante charla con auténticos fenómenos de la
historia del ciclismo español como Melcior Mauri, Purito Rodriguez o
Dori Ruano entre otros invitados.
Se
ha hecho ya la hora de cenar y lo hacemos en Asador Emilio, solomillo de cerdo y pechuga de pollo, todo a la brasa y con
guarnición y una ensalada de la casa importante. Suficiente. Ahora a la
cama, que hay que descansar para que mañana.... (eso) y entonces nos
encontramos con el conocido y jodido vecino que se deja encendida la tele con
un canal musical... ostrassssss, qué noche nos dio el cabronazo, las
dos, las tres, las cuatro,.... nada, eran las seis y aquello seguía
igual. Noche bacalaera, no todo iba a ser perfecto.
Son
las 7:00, arriba!, las bicis preparadas, los mejunjes, geles,
barritas,... todo listo para una nueva marcha cicloturista, no olvidemos
esto último. Hace una temperatura muy buena, algo de fresco pero el
justo para justificar la puesta del chubasquero que me llevo en previsión
de que pueda caer agua. Al final no cayó nada, apenas una leve llovizna
en Molinicos pero me sirvió al menos de abrigo a primera hora y al final para bajar Crucetillas.
Salida
neutralizada (eso dicen) y nos vamos del pueblo como el que huye de
Satanás, a toda hossstia! aprovechando que es bajada pero es que cuando
empieza la subida del Peralejo, el ritmo sigue siendo muy alto aunque ya
vas viendo como se quedan 'muertos' por detrás y se alejan los 'galgos'
por delante, la ley de la vida podríamos decir, cada uno a su lugar.
Tras
superar el Alto del Peralejo bajada a full, que parece que no se acaba,
hay que tener precaución en alguna curva sobre todo con otros ciclistas
porque lo que es el asfalto está perfecto y las curvas se pueden tomar
tumbando la bicicleta. Así llegamos a Molinicos y veo que la media está
en casi 38 km/h, ufff!! Pasado el pueblo llega una zona guapísima camino del Embalse de la Fuensanta
donde hacemos un grupo multicolor con maillots de
todos los colores, entre ellos los de la Peña Los Toledanos, en los que
me he fijado por recordarme la noche que hemos pasado pffff...
Hasta
ahora todo ha sido feliz podríamos decir, pero el tiempo de ensoñación
llega a su fin. Suena el despertador y empieza la jornada laboral, por
delante el Puerto del Boche. -Vamooooos zamarros, a por él! Son 6 kms al
6,5% de desnivel medio y sirve para desperezar las patas. Aquí ya no
pasa como en El Peralejo que saltaban cohetes por todos sitios, ahora la
marcheta y la conversación se toman como estilo de vida. Al llegar al
avituallamiento me paro a repostar, necesito líquido sobre todo pero
aprovecho para coger unos orejones y unos dátiles que siempre vienen
bien aunque no me puedo descuidar porque mis compañeros no están por
parar
mucho ni mucho tiempo. Que se han ido...!
En
el kilómetro 70 comienza el auténtico espectáculo de esta marcha, el
Puerto de Las Quebradas, una pasada por muchas cosas. En el inicio
coincidimos con Paula, una madrileña resultona en el pedaleo y simpática.
Y fuerrrte ya que se escapó en este puerto y no la vimos nunca más.
Las
Quebradas es un puerto para retorcerse en la bici pero es una pasada de bonito,
una subida serpenteante con vistas panorámicas de águila. Nos
encontramos con rampas del 16% y 18% donde las miradas a los piñones se
repiten con insistencia para ver si queda algo,. que es que no. Por fin
arriba, llega un tramo de sterrato y paso de arroyos, bien señalizados y protegidos
para evitar accidentes. Hay bastante gravilla suelta en la bajada que
invita a la precaución, no estamos aquí para caernos (dicho conocido) y
tras una zona de terreno con tendencia favorable resulta que estamos de
nuevo en Molinicos donde cruzamos el pueblo lleno de gente jaleando y
animando nuestro paso.
Ahora
viene una zona que pica hacía arriba, la típica de no saber si poner
plato pequeño o dejar el grande. A mí estas zonas me gustan, me
encuentro bien en ellas, 5 kms al 4% de desnivel hasta Los Alejos es lo
que toca y se va quedando José por detrás y por otra parte voy
alcanzando lentamente a Paco que va por delante... Esto es como en el
voleibol, vamos intercambiando las posiciones. Llegamos al alto y
seguimos con un asfalto alfombrado, de primera clase, qué lujo
por Dios! Bajada de
nuevo rápida con muchas curvas enlazadas, parece esto MotoGP. Durante
todo el recorrido no he visto ni un sólo vehículo en contra ni mal
situado,
nada,... de todas maneras siempre hay que aplicar la máxima del
'porsiaca' y no
dejarse llevar por la emoción al encarar curvas sin visibilidad.
Tras
la bajada viene un puerto que seca las fuerzas, al menos en mi caso. La
Alfera se hace largo y se hace duro, las dos cosas, supongo que también porque ya se
notan los kms acumulados hay que tener en cuenta que este puerto son
varios kms con medias por encima del 7.5%, con bastantes rampas por
encima del 10%.
Llegamos
al Valle de Vegallera donde se respira mucha paz y también mucha
belleza, estamos rodeados de montañas arboladas y rodamos por carreteras
en las que sientes una extrema sensación de libertad, yasss, qué
gusto!! Por aquí nos hemos juntado de nuevo los tres zamarrones globeros
aunque ahí delante tenemos otra subida que nos separará de nuevo, el
Puerto de los Toros. Al llegar arriba hay un collado desde el que se
divisa a lo lejos Riopar, por allá está nuestro destino próximo pero de
forma inmediata lo que llega es una bajada que es un producto gourmet, de degustación fina. A
gozar toca porque luego vendrá la parte morbosa de la marcha.
Y
es que cuando
llego a Riopar veo que paso al lado del coche, que paso por delante del
apartamento, ainssss, qué ganas de quedarse dan pero noooo, somos los
Gran Fondo y nos toca cumplir penitencia, un Avemaria, dos Padrenuestros
y un Puerto de Crucetillas. Y ya luego puedes entrar en meta.
José
me coge en el pueblo y hacemos un grupito. Al salir de la población
sopla un viento en contra importante y de pronto la gente se quita de
enmedio y dejan a Zape de mascarón de proa, -qué cojones...! al cabo de
un rato paso yo el relevo y me pongo en cabeza y así llegamos hasta el
cruce de la subida donde me aparto y les digo a los chupocteros que ya
está bien, que el billete de tren se acabó.
Ponemos
ritmo de marcheta y parriba que queda un rato, me hago a la idea de que
es como una Marina, nada, pues ya está. Es uno de esos puertos que
tiene carteles informativos de cada km con su desnivel máximo y medio, así vas avisado, sin sustos. Y poco a poco se van
consumiendo los kms, voy haciendo cábalas del tiempo que me queda y
así, finalmente llego arriba, con bastante suficiencia esa es la verdad
aunque también es cierto que he hecho la subida con precauciones no fuera a
ser que me atacaran los canes en los últimos kms.
En
meta enseguida llegan mis compañeros, hemos sacado adelante una bonita
marcha con buena nota. Felices y contentos tras hacernos la
foto de rigor iniciamos el descenso hasta Riopar donde recibimos la
medalla bien merecida de Terminadores, que es de lo que trata el objetivo en
nuestro caso, de completar el recorrido de una manera digna. Que no es poco.
En
la meta hay comida y bebida con la que recuperarnos del esfuerzo y
sobre todo unos miguelitos de chuparse los dedos. Aunque no soy muy de
ídolos me he hecho dos fotos, una con Purito y otra con Mauri, los dos
muy buenos tíos.
Como
diría Anibal, el del Equipo A, me encanta que salgan bien los planes. Y
éste ha salido a la perfección en gran parte también por el buen hacer de mis compañeros José y Paco. Gracias!
Apuntada queda esta marcha para venir el año que viene.
Apuntada queda esta marcha para venir el año que viene.
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