Sierra Nevada

 

CRÓNICA DE UNA JORNADA EPICA

Etapa ciclista a Monachil, Hazallanas y Sierra Nevada  (03/05/2014)

Seis de la mañana, La Albatalia, la Fontakard preparada y cargada con una meteorología que parece ser benévola. El Profe, El Cámara, Fontamar, Zape, El Abogao y Rafa Zumosol, dispuestos al reto. Otros valientes ya lo superaron el jueves y  contaron que no es un camino de rosas. Larga ruta nos espera hasta La Peza.

Primera parada en Venta Quemada para desayunar; tostadas y cafés para ir cargando las reservas de energía. Al Profe, los nervios se le meten en el estómago, teme no estar a la altura y va dejando lo mejor de sí por el camino.

Seguimos ruta y primer wasapp de ánimo de Azumbe: “Suerte y los que no lo tengan muy claro que se lleven las zapatillas de deporte, que les va a hacer falta para subir algunos tramos”.

Llegamos a La Peza, llevamos media hora de retraso, rápidamente nos equipamos y en marcha; las hoja de ruta de Fran Gómez coincide plenamente con la realidad, iniciamos la subida de Blancares con pedaleo tranquilo y ágil. Primer contratiempo para Jose el Camara: El Garmín no funciona, ya tiene entretenimiento para todo el día preguntándose el porqué. Tras 8 kilómetros, encumbramos e iniciamos el descenso camino de Granada. De frente muchos ciclistas subiendo el puerto y algunos bastante apurados. Pensar que a la vuelta, toca subir esos 20 kms., con más de 130 en las piernas, lleva a Zape a considerar no adecuado su famoso lema de “Dándolo todo” y más vale guardar para el fin de fiesta.

Sin darnos cuenta ya estamos en Granada y enseguida Monachil. Los novatos, pregunta por las características del puerto, mientras que un impresionante paisaje se abre ante nuestros ojos. “¿Ves aquella carretera tan empinada? Pues para allá vamos”. La última “meada del miedo”  del Profe en las estribaciones, y empieza el baile. Primeras rampas duras. Tres veteranos que conocen el puerto: Fontamar, Jose el Cámara y el Abogao, se van por delante, mientras que los demás prefieren tomarlo con más calma. Comienzan las revueltas y los de cabeza ven como un “malafollá” nos persigue encendido para cazarnos. Llega a nuestra altura, nos rebasa  y pone camino por medio. ¿Dónde está la casta de los Globeros?. Fontamar y el Abogado no lo dudan: “Jose, tira a por él y demuéstrale lo que es un Globero de Elite”. El Cámara, (“que no necesita anís para eruptar”), no se lo piensa dos veces, lo caza con facilidad y como no podía ser de otra manera, empieza a darle “carrete”, así hasta llegar a la zona final más dura en las canteras. La estrategia surte efecto: mientras Jose entretiene al “granaino”, Fontamar les caza, arranca y corona el puerto en primer lugar.

Primera dificultad superada, reagrupamiento, reposición de fuerzas, foto y a seguir la marcha. Bajada vertiginosa camino de Pinos Genil y Guejar Sierra. El paisaje con el embalse de compañero sigue siendo impresionante. Llegamos a Guejar Sierra y se huele Hazallanas. Repostamos agua en la fuente del pueblo y llega la hora de la verdad. Un camino de bajada que parece llevarnos al centro de la Tierra, nos pone a pie de puerto. El cartel informativo es para pensárselo: 4,9 kilómetros de subida; pendiente máxima del 22 %, pendiente media de 12%, y la primera rampa que tenemos a la vista, ya anuncia 18 %.

Zape, lo tiene claro, “nunca he puesto pie a tierra, y el día que lo haga, cuelgo la bicicleta”. Vamos a por ello. Los primeros en afrontar las rampas son Fontamar y el abogao que dice que “Cuanto antes empecemos con esto, antes acabamos”. A José el Cámara la única preocupación que se  le ve, es sacar buenas instantáneas; las rampas y desniveles como si no fueran con él. El Profe, Zape  y Rafa, con más calma. Llevamos ya 2 kms y “joer que duro”, un pequeño descanso al 10 % que se agradece. Empezamos a cruzarnos con ciclista lugareños que bajan, y que nos miran con cara de sorpresa, como diciendo: “estos están locos”. “Antonio ¿ves que nos están dando ánimos, pero ninguno dice: Venga que queda poco?. “No me gusta la orina de este enfermo”, creo que todavía nos queda sufrir un rato”, comenta el Abogao. Poco a poco, se van consumiendo metros y desniveles; Fontamar a la cabeza, pero más vale no ponerse a su “zaguera”, porque hoy viene provisto de “system turbo”;  después el abogao, le sigue José el Camara dedicado a hacer fotos a los compañeros y al paisaje; tras él, llega el tándem formado por Zape y Rafa y todos expectantes a la espera de ver llegar a un auténtico campeón que no se hace demorar mucho. Ahí aparece el Profe, todo coraje y pundonor; “Échame una buena foto que se la manda al Noguera”, comenta con un rostro, ya transformado de nervios a satisfacción.

Toca rematar la faena, y enfilamos hacia Pradollano. La brillante idea surgida en el coche de llegar hasta el Veleta, pensando que Fran al diseñar la etapa pecó de “flojo”, ya no parece tan brillante. El abogao coge la delantera, las nuevas zapatillas del Profe parecen que son Red Bull, en vez de Diadora. Los desniveles ya no son tan elevados pero las fuerzas ya van mermando, aun así, se consigue coronar. Rafa, flojea un poco, el esfuerzo de Hazallanas le ha hecho un nudo en el estómago: “Necesito una Coca-Cola para recuperarme”. Iniciamos el descenso buscando la gasolinera para repostar. Rafa con la Coca-Cola se recupera, pero…alarma….. el Profe empieza a acalambrarse, lo achaca al frio del descenso, “vamos a bajar tranquilos”…. Pero…..”como quien oye llover”. Por tercera vez estamos en Pinos Genil, nos queda el Puerto Blancares y hemos terminado. Hasta las maquinas se resienten, Rafa con problemas mecánicos pero que logra solventar, el Profe sufriendo, Jose el Cámara que empieza a sentir los bocados de perro en los gemelos, Zape y Fontamar haciendo la cobertura al Profe y el Abogao, loco por llegar, tira para adelante y comenta el Profe: “Yo no sé que brebaje llevaba en la botella que se ha bebido esta mañana; a éste las zapatillas se las voy a cobrar el doble por no esperar”. Por fin coronamos y solo quedan los últimos 8 kms de bajada que se hacen de manera rauda. La etapa ha concluido, todos satisfechos y felices. Han sido seis horas cuarenta minutos de una gran jornada de ciclismo y de disfrutar con la naturaleza y los paisajes.

Nuestro agradecimiento al mentor de esta gran aventura Fran Gómez, lamentando no haberla podido compartir.

Firmado: Jose Miguel, el secre.

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